El 22 de febrero nos movilizaremos en Bilbo y en Iruñea en defensa de convenios dignos sin brecha salarial

En el marco del día contra la brecha salarial, en Bilbo, nos manifestaremos desde la sede del Gobierno Vasco hasta Confebask; y en Iruñea, nos concentraremos ante la patronal CEN. Estas movilizaciones tendrán lugar a las 11:30, bajo el lema «Bultza! Emakume* langileon hitzarmenak».

Vivimos en una sociedad en la que todo cambia a ritmo vertiginoso. La información vuela, las redes están en llamas día y noche, la tecnología nos vende una vida más fácil y placentera. Sin embargo, hay elementos estructurales, básicos, que permanecen sin apenas alterarse ante los evidentes cambios sociales, económicos y políticos; entre ellos: la división sexual del trabajo.

Y permanece porque el sistema capitalista, que necesita de esta división para seguir existiendo, hace todo lo posible y pone todos sus mecanismos en marcha para que así sea. Además, existe también una aceptación social de esta división de trabajos en función del sexo/género. Nos han hecho creer que hay trabajos más adecuados para mujeres* y otros para hombres, naturalizando la división entre trabajos masculinizados y feminizados, como si fueran «naturalmente» trabajos femeninos y masculinos. De la misma manera que han construido como «normal» que las mujeres* cuidemos y los hombres no tengan tiempo para ello.

Esto es algo que no se da únicamente en los centros de trabajo, sino que en estos se reproduce lo que a nivel social está ya instaurado. Siendo esto así, a nadie le parece extraño que se cobre más por fabricar coches que por cuidar personas. La vida y los cuidados se dan por supuesto, invisibilizando al sujeto que los realiza, las mujeres*.

Esto provoca una evidente brecha salarial, que no únicamente se da en las empresas, sino que se produce a nivel global, por lo que acabar con ella en los centros de trabajo tampoco asegura su fin.

No se trata únicamente de que las mujeres* entremos en los sectores masculinizados, sino de que los trabajos «feminizados» adquieran el valor y reconocimiento que merecen, a la vez que los trabajos de cuidados se democratizan, se desmercantilizan y se reparten de manera más justa. Que las condiciones laborales de las trabajadoras del sector de cuidados sean tan precarias tiene un claro responsable: quien privatiza y hace de los cuidados negocio. La brecha salarial y la división sexual del trabajo van de la mano para perpetuar las discriminaciones de género, son construidas y mantenidas de manera consciente por el sistema capitalista.

Nosotras nos hacemos muchas preguntas a este respecto:

  • ¿Es lógico y «normal» que en los trabajos realizados por mujeres se cobre menos?
  • ¿Por qué en la industria se cobra un 30% más que, por ejemplo, en las residencias privatizadas de mayores?
  • ¿Cómo es posible repartir las horas del día entre trabajo, descanso y cuidado, si empleamos casi diez horas en el empleo?
  • ¿Por qué seguimos siendo las mujeres* las que mayoritariamente solicitamos las medidas de conciliación?
  • ¿Por qué tenemos las mujeres* la mayoría de las jornadas parciales y los contratos temporales?
  • Que las mujeres* migradas y racializadas sean las que se ocupen de los cuidados en nuestras sociedades occidentales de manera precaria, ¿es casualidad o provocado por el sistema?
  • ¿Es una solución la propuesta del Gobierno Vasco de “regalar” dinero público a empresas privadas para que con- traten mujeres*? ¿No se les puede obligar o estamos aceptando la división sexual del trabajo implícitamente?
  • ¿Cómo es posible que las negociaciones de los convenios de los sectores feminizados nunca den frutos?

En este sentido, queremos denunciar el bloqueo permanente de estos convenios: limpieza, ayuda a domicilio, residencias, y de otros, donde ni siquiera existe a día de hoy convenio, como el sector de trabajo de hogar.

Este bloqueo forma parte de la estrategia de la patronal, siguiendo los mandatos del sistema capitalista, heteropatriarcal, colonialista, racista y ecocida, para que la división del trabajo se mantenga y, en consecuencia, la brecha salarial y la precariedad de las mujeres* trabajadoras.

Este 22 de febrero, ¡Todas a la calle!

¡Abramos brechas en el sistema y acabemos con el injusto reparto de todos los trabajos!

¡Desbloqueo de los convenios ya!