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Cuando leemos los datos de las diferencias de sueldo entre mujeres y hombres, la llamada brecha salarial, hay quien se sorprende porque piensa que el principio de “a igual trabajo, igual salario” se estaba ya cumpliendo en nuestras sociedades. Sin embargo, esto no es así. A día de hoy sigue habiendo una notable diferencia en el valor que se otorga a un trabajo o a otro en función de quién lo haga y que se traduce en un sueldo diferenciado, en un reconocimiento social distinto y en una responsabilidad (o falta de ella) social e institucional o sobre lo que aportan estos trabajos (por ejemplo, los trabajos de cuidado).
La brecha salarial es uno, pero no el único, de los múltiples instrumentos que utiliza el sistema capitalista para mantener las actividades realizadas por mujeres en un segundo plano. Es un dato suficientemente significativo porque da cuenta de que nuestro trabajo no es valorado, ni reconocido, ni siquiera igual pagado aunque sea el mismo que está realizando un hombre; es una manera de recordarnos y dejar constancia que nuestra presencia en el mundo laboral y productivo no es bienvenida, es secundaria…para así mandarnos al llamado ámbito privado para llevar a cabo todas las labores de cuidado de manera gratuita…
Digamos entonces, que la existencia de la brecha salarial no es casual y responde a algo, a la desvalorización de nuestro trabajo frente a la sobrevaloración del trabajo productivo, así como a la invisibilización de los trabajos de cuidado.
Tras esto, se esconde la no consideración de nuestro trabajo como importante y necesario, provocar que lo abandonemos para fomentar nuestra vuelta a los cuidados, el desprecio a nuestras labores…
Resulta imprescindible constatar que los menos reconocidos son los trabajos más necesarios para la supervivencia y el bienestar de las personas, precisamente los que menos le interesan a este sistema.
Pero aunque no se nombre y quizás, ni siquiera se cuantifique, la mayor brecha salarial es la que existe entre quien cobra por trabajar y quien trabaja gratis porque su trabajo no se reconoce como tal. O las múltiples brechas salariales entre nosotras mismas en función de nuestra edad, situación administrativa, procedencia, clase social, diversidad funcional…
Estamos hartas! Nuestros trabajos cuentan y nosotras nos plantamos ante:
Las brechas salariales, el acoso sexual, la falta de reconocimiento de nuestros trabajos (remunerados o no), las políticas institucionales neoliberales que permiten nuestra explotación y precarización, las trampas de las medidas de conciliación que nos alejan del trabajo retribuido, la falta de políticas reales de corresponsabilidad, las políticas retrógradas de fomento de la natalidad sin su correspondencia en la responsabilidad social de los cuidados, la vinculación de los derechos a tener un empleo, la arbitrariedad a la hora de repartir el empleo que nos condena a muchas a la precariedad y falta de ciudadanía en función de nuestra situación administrativa y origen, la obligatoriedad de trabajar para poder tener derechos en las pésimas condiciones impuestas por este sistema…
El 8 de marzo saldremos a la calle siguiendo el llamamiento del movimiento feminista para denunciar:
La falta de responsabilidad social sobre los trabajos de cuidados y su injusto reparto, la falta de derechos laborales de las trabajadoras de hogar, la división sexual y étnica del trabajo, los recortes en sanidad, educación, servicios sociales y dependencia que nos “obligan” a cuidar, los techos y paredes de cristal, la peores condiciones en el empleo que tenemos las mujeres: temporalidad en los contratos, jornada parciales, condiciones precarias, diferente remuneración por el mismo trabajo según quién nos contrate… más todas las consecuencias que esto conlleva en nuestros salarios, carreras profesionales, salud, pensiones, en resumen, en nuestras condiciones de vida….
Por estas razones y muchas más, el 8 nos plantamos!
Salimos a las calles juntas luchando desde nuestras diferencias contra un sistema capitalista heteropatriarcal que nos prefiere muertas, esclavas o parte del sistema!
Kartela (pdf)
Eskuorria (pdf)