Son tiempos difíciles para muchos trabajadores y trabajadoras. Algunas han sido despedidas, otras hemos sufrido recortes de derechos, muchos miran al futuro con incertidumbre. En esta situación de excepcionalidad se han puesto de manifiesto infinidad de situaciones difíciles: mientras los decretos establecidos desde París y Madrid nos han confinado severamente entre cuatro paredes, nos han obligado a trabajar sin medidas preventivas. Hemos visto hasta qué punto nuestro sistema sanita- rio público está debilitado por los recortes impuestos en las últimas décadas por los partidos sistémicos (PP, PSOE, PNV, UPN, En Marche); hemos visto las consecuencias de la privatización y el subdesarrollo de los trabajos de cui- dados; hemos visto también las graves consecuencias de la privatización en la gestión de los residuos: hace más de dos meses y medio que Alberto y Joaquín desaparecieron en Zaldibar.
Y lo visto, a su vez, nos ha mostrado la importancia de lo público. La necesidad de contar con un sistema público de salud y cuidados sólido. Hemos visto a miles de personas organizándose en redes solidarias de pueblos y barrios. Hemos visto realmente cuáles son los trabajos imprescindibles para sostener la vida, y hemos visto, en la mayoría de los casos, a las mujeres realizarlos. Hemos visto, hemos recordado, que nuestro trabajo mueve el mundo y que, a su vez, nuestro trabajo puede transformarlo.
Básicamente, lo que ha saltado a la vista durante estas semanas es la lucha entre el Capital y la Vida: por un lado, una gestión centralizada y autoritaria en beneficio de la patronal, y por otro, una comunidad que quiere cuidar del pueblo, de la ciudadanía, de sus vecinos y vecinas, de su gente.
Ahora, más que nunca, tenemos que organizarnos para ganar esa lucha, para crear un nuevo modelo económico y social que ponga la vida en el centro. Como se ha demostrado en diferentes momentos de la historia, la clase trabajadora, nosotros y nosotras, tenemos la fuerza para transformar el mundo, la capacidad para, además de responder los problemas cotidianos, construir una alternativa global.
Los ejes de transformación que proponemos son:
> Medidas urgentes para garantizar a toda la ciudadanía un trabajo, una pensión y una vida digna.
> Reforzar el sistema público de salud y de cuidados y publificar todos los recursos sanitarios y de cuidados.
> Establecer una política fiscal que redistribuya la riqueza y aporte recursos para garantizar los derechos de la ciudadanía.
> Repensar y democratizar el modelo productivo y de consumo, teniendo en cuenta las bases del ecosocialismo y del feminismo.
> Constituir una República Vasca que sea garante de la soberanía popular.
Vamos a luchar por un nuevo modelo que ponga la vida en el centro, por el camino de la Huelga General del 30 de enero, aunando fuerzas por la transformación tanto en el ámbito sindical como en el social
Gora Langile Borroka!
Gora Maiatzaren Lehena!