Garbiñe Aranburu, secretaria general de LAB, ha comparecido vía Streaming, obligada por las circunstancias, para hacer una valoración de la actual situación de alarma generada por el coronavirus: «Estamos viviendo una situación excepcional. Lo que estamos viviendo no es solo una crisis de salud pública, el que está enfermo es el sistema económico imperante». Ha reiterado el mensaje lanzado por LAB desde el inicio: «Desde las instancias sanitarias se nos dice que la prioridad es evitar que se propague el virus. Para ello, insistimos que es urgente parar toda aquella actividad económica que no suponga un servicio esencial para la ciudadanía».
«Estamos viviendo una situación excepcional. Lo que estamos viviendo no es sólo una crisis de salud pública. El que está enfermo es el sistema económico imperante, un capitalismo salvaje donde prima la lógica del mercado y el beneficio rápido».
Son palabras de Garbiñe Aranburu, realizadas en la comparecencia de hoy vía Streaming. Ha remarcado que el actual modelo tiene carencias para afrontar la actual situación de emergencia por 4 razones principales:
-Crisis de cuidados: los trabajos de cuidados no han sido reconocidos y no se han resuelto de manera correcta.
-Recortes en servicios públicos, también en la sanidad pública. Ahora empezamos a padecer las consecuencias y se constata la necesidad de un plan de choque para reforzar la sanidad pública.
-Economia globalizada que impulsa la precarización laboral y social, una economía que compite en costes, en vez de apostar por una economía más local y por el empleo de calidad.
-Un modelo neoliberal que apuesta por la individualización de las relaciones laborales y sociales, rompiendo vínculos sociales.
“Estamos en guerra” ha declarado Macron. El Gobierno de Sanchez ha decretado el Estado de Alarma. «Esta emergencia se está utilizando para reforzar la unidad nacional al servicio del Capital», ha advertido.
En palabras de Garbiñe Aranburu, «la prioridad debe ser garantizar la salud de las personas y una vida digna a las personas, tanto a corto como a largo plazo. No podemos olvidar que este año ya está siendo especialmente sangrante para las y los trabajadores. En lo que llevamos de año ya han fallecido 16 personas en accidente de trabajo. Y en estos días de excepcionalidad tampoco nos olvidamos de Alberto y de Joaquin que siguen sepultados entre escombros y basura. Ya llevan un mes y 9 días desaparecidos».
Otros muchos van a fallecer enfermedades profesionales. Y ahora el coronavirus: «Desde las instancias sanitarias se nos dice que la prioridad es evitar que se propague el virus. Para ello, insistimos que es urgente parar toda aquella actividad económica que no suponga un servicio esencial para la ciudadanía».
Según denuncia la secretaria general de LAB, «han sacado a la policía y también al Ejército para vigilar y limitar nuestra capacidad de movimiento hasta el extremo. Pero mientras tanto, muchas empresas mantienen la producción por encima de cualquier otra consideración. Ante las denuncias que estamos metiendo, ni Osalan, ni el INSL, ni la Inspección de Trabajo son capaces de parar la actividad ante un riesgo y probabilidad seria y grave de contagio».
Mantener la actividad de las empresas sin las medidas preventivas adecuadas es una gran irresponsabilidad. En las empresas donde no se garantiza la prevención la situación es insostenible y muy tensa. Y ante está crisis tampoco estamos en las mismas condiciones. Hay mujeres que tienen que seguir trabajando porque el suyo sí que es un trabajo esencial: trabajadoras del hogar, de las residencias, ayuda a domicilio, limpiadoras, trabajadoras de supermercados… pero lo están haciendo sin las medidas preventivas necesarias.
Toda aquella persona que está trabajando sin las medidas preventivas adecuadas, está poniendo en riesgo su salud y la de los demás: «Esto es algo que como sociedad no nos podemos permitir, no podemos naturalizar una situación donde nos puedan multar por dar una pequeña vuelta con los hijos y que las empresas sigan trabajando en estas condiciones».
En palabras de Gabiñe Aranburu, «las empresas que han parado la actividad lo han hecho por la presión sindical y la presión de las y los trabajadores. No nos queda otro camino que seguir luchando. Se debe parar toda producción que no sea esencial ante un confinamiento hecho a la medida de la patronal».
En las empresas, si no se garantiza nuestra salud, «nos plantaremos y utilizaremos todos los instrumentos jurídicos y de acción sindical a nuestro alcance para garantizar la salud de las y los trabajadores».
Durante los últimos días constantemente se está apelando a la responsabilidad individual de las personas, y la ciudadanía está respondiendo de manera ejemplar. La hostelería, el pequeño comercio, pequeños negocios… Han tenido que cerrar y, en muchos casos, lo han hecho incluso antes de ninguna prohibición, por pura responsabilidad. «Pero, ¿dónde queda la responsabilidad social que tienen las empresas? La CEOE, CONFEBASK, CEN, quienes representan los intereses de las grandes empresas, no asumen ninguna responsabilidad y, además, están intentando trasladar el coste de esta crisis a las y los trabajadores y a las arcas públicas», ha criticado.
En opinión de la secretaria general, «el Gobierno de Gasteiz y el de Iruña deberían plantear modificaciones en la política fiscal para que parte de esta crisis también recaiga en la patronal, para que quien más tiene pague más. Las medidas aprobadas ayer por el Gobierno de Sanchez se quedan cortas. Se sigue manteniendo la actividad económica; se facilita a las empresas que puedan presentar ERTEs y a éstas no les supone ningún coste añadido porque no tienen que complementar; no hay medidas para garantizar que no se va a destruir empleo; no hay permisos retribuidos para los cuidados de hijos e hijas que están en casa».
Las consecuencias de la crisis de 2008 las ha pagado la clase trabajadora: «No vamos a permitir que ocurra otra vez. En Euskal Herria venimos de una Huelga General por un empleo, unas pensiones y una vida dignas. Y ese es camino a seguir: intensificar nuestra lucha por un nuevo modelo económico y social».