“¿No sería mejor que cambiáramos esa cultura laboral, pensada por y para hombres, de tal manera que hubiera más flexibilidad y, sobre todo, más visibilidad del hecho de que todos tenemos más dimensiones que la estrictamente laboral?” Anne Marie Slaughter.

El análisis de riesgos psicosociales en la UPV/EHU realizado en el curso 2013/14 sorprendió con el significativo dato de que la “doble presencia” o dificultad en la conciliación de la vida laboral y personal era el aspecto que más preocupaba a la plantilla.
Sin embargo, la UPV/EHU no ha asumido como prioridad en su faceta de responsabilidad social, la necesidad de diseñar medidas para afrontar esta situación y servir de ejemplo al resto de la sociedad vasca.
Por otro lado, un estudio elaborado por la Dirección de Igualdad de la UPV/EHU en el 2012, ponía de manifiesto la gran diferencia existente con respecto a la utilización de las medidas de conciliación entre los colectivos del Personal de Administración y Servicios (PAS) y el Personal Docente e Investigador (PDI). ¿Por qué el PDI apenas utiliza estas medidas? La respuesta podría hallarse en el hecho de que su trabajo se organiza de un modo flexible, en el que la presencia sólo es necesaria en determinados momentos y gran parte del mismo puede realizarse en diferentes horarios y lugares, incluso desde casa.
La anterior afirmación plantea las siguientes preguntas:
¿Por qué una organización flexible del trabajo es sólo aplicable al PDI?
¿Acaso la tecnología no permite que podamos realizar nuestro trabajo sin necesidad de horarios fijos y metodologías caducas basadas en la mera presencia?
¿Es necesario que toda la plantilla tenga el mismo horario?
¿Desarrollamos mejor nuestro trabajo cuando se nos somete a control o cuando se ofrece confianza?
¿Nos implicamos más con la institución en la que trabajamos cuando sentimos que se preocupan por nuestro bienestar?
¿Producimos más y mejor en un entorno saludable?
¿Somos capaces de asumir la responsabilidad del trabajo bien hecho sin necesidad de relojes y fichajes?
¿Somos, en definitiva, personas adultas comprometidas con nuestra labor?
La UPV/EHU se ha implicado con valores como la preservación del medio ambiente, el desarrollo sostenible, el fomento de la cultura vasca, la defensa de los derechos humanos, la cooperación al desarrollo, la igualdad entre mujeres y hombres, etc… y, sin embargo, destaca la poca atención prestada al diseño de medidas que faciliten que su plantilla pueda cuidar de sus familias, promoviendo de este modo, el desarrollo físico y emocional adecuado de las futuras generaciones y, por tanto, el equilibrio de las personas y de la sociedad en su conjunto. Trabajando, en definitiva, por la consecución de una sociedad más justa, más amable y más feliz.
Son necesarios cambios en la organización del trabajo y en la gestión de los recursos humanos que todavía sigue anclada en metodologías y usos del siglo pasado, cuando no existían las tecnologías de la información y las mujeres no se habían incorporado al mundo laboral.
Nuestra sociedad ha de responder al reto que supone una sociedad en progresivo envejecimiento con una tasa de natalidad de las más bajas del mundo y con un creciente número de personas dependientes. La UPV/EHU no puede permanecer ajena a estas cuestiones y es necesaria su implicación con políticas innovadoras y originales.
Nuestro tiempo es el recurso más valioso con que contamos y la clave está en la confianza en las personas. ¿Está la UPV/EHU dispuesta a confiar?
Begoña Palacios, Técnica Letrada de la Vicegerencia de Personal